«Japón es la mejor relación de España en Asia»

Fidel Sendagorta es el embajador de España en Japón. Diplomático desde 1984, ha ocupado diversos puestos en las embajadas de Tokio, La Habana, Rabat, así como en la Representación Permanente de España ante la Unión Europea.

Dentro del Ministerio de Asuntos Exteriores, fue director general de Política Exterior y de Seguridad, entre otros cargos.

Además, fue investigador invitado en el Belfer Center for Science and International Affairs de la Universidad de Harvard y es autor del libro «Estrategias de poder: China, Estados Unidos y Europa en la era de la gran rivalidad«.

Hablamos con él del momento actual de las relaciones España-Japón, así como su trayectoria y su futuro. De los principales espacios de colaboración entre empresas españolas y japonesas, así como del papel de las sociedades civiles en el fomento de la diplomacia.

Pregunta: ¿En qué momento se encuentran las relaciones bilaterales entre España y Japón?

Respuesta: Yo llegué a Japón en un momento en el que todavía estaban muy presentes las restricciones por COVID. En este año, he visto que, según se iba normalizando la situación, también se han ido relanzando las relaciones que estaban en un estado de hibernación. En junio, durante la cumbre de la OTAN, se entrevistaron el primer ministro Kishida y el presidente Sánchez. Poco después, se encontraron los dos ministros de Asuntos Exteriores en Bali.

Después del verano, en octubre, tuvo lugar el Foro España Japón en Kioto, el primero presencial tras la pandemia y con un éxito especialmente notable. En paralelo, hubo consultas políticas a nivel de viceministro.

Estamos en un buen momento de retomar las diferentes facetas de la relación. Esta es nuestra misión para este año. Ya se ha producido el relanzamiento, y ahora nos toca ir al detalle de los diferentes expedientes que tenemos para darles un impulso.

Pregunta: ¿Cómo cree que han evolucionado estas relaciones en las dos últimas décadas? ¿Ha tomado verdadera conciencia España del desplazamiento del centro de gravedad global hacia la esfera asiática que vivimos en la actualidad?

Respuesta: Este desplazamiento no es ni siquiera de los últimos 20 años, viene de más lejos. En España no diría que nos cuesta entenderlo, porque lo entendemos, pero a veces nos absorben nuestras prioridades más urgentes, que están en Europa, América Latina y Norte de África. A veces, nos falta capacidad para estar más presentes en esta zona del mundo.

Creo que hemos avanzado. Ha habido un reforzamiento de nuestro despliegue diplomático en la región, pero nos falta recorrido para compararnos con los principales países de la Unión Europea.

Respecto a Japón, la primera visita del Rey Felipe VI a un país asiático fue a Japón. En 2018, los dos jefes de gobierno firmaron una Asociación Estratégica, que supone dar un paso más en la relación. Es la mejor relación que tiene España entre los países asiáticos, desde el punto de vista de la calidad, aunque no siempre de los números.

Japón es un país afín en valores, y compartimos una visión del mundo en torno al estado de derecho y el orden mundial basado en normas. Es fácil entendernos con Japón en muchas cosas.

Con Japón también tenemos mucho recorrido por delante. Comercialmente, a pesar de la pandemia, las exportaciones españolas han crecido. Hay una dinámica empresarial en marcha que va más allá de accidentes en el camino, y la pandemia no fue un accidente menor. Sin embargo, en el plano de la presencia de la empresa española, aún falta recorrido. Hace falta que haya más empresas españolas. Y en algunos sectores, hace falta un impulso.

Pregunta: La invasión rusa a Ucrania ha supuesto una convulsión en el tablero geopolítico global. ¿Qué implica para la colaboración en materia de seguridad entre la Unión Europea y el Indo-Pacífico, y más específicamente, entre España y Japón?

Respuesta: El gran salto mental que se produce con la invasión rusa de Ucrania es la toma de conciencia, por ambas partes, de que la seguridad en Europa y en el Atlántico es indisoluble del Indo-Pacífico. Lo que sucede en Ucrania afecta a la seguridad de Japón, que al fin y al cabo es vecino de Rusia, aunque a veces nos cueste comprender la extensión de la Federación Rusa.

Por lo tanto, esa conciencia de una conexión entre los escenarios de seguridad es el gran paso que se da desde la agresión rusa a Ucrania.

Japón se suma enseguida a las sanciones que se establecen contra Rusia y da también una serie de pasos para fortalecer su defensa y su seguridad, especialmente tras la aprobación, en diciembre, de una nueva Estrategia Nacional de Seguridad. También con el compromiso de doblar su gasto en Defensa en un plazo de cinco años.

Estamos en una situación de mayor conexión, de mayor sensibilidad mutua hacia los desafíos de seguridad y de mayor solidaridad a la hora de vislumbrar las amenazas de futuro y cómo enfrentarlas de manera conjunta. Entiendo que la presencia del primer ministro Kishida en la cumbre de la OTAN responde, exactamente, a esta conciencia mayor.

Pregunta: Más allá de la cooperación en seguridad, que se subrayó en el pasado Foro España Japón, ¿qué ámbitos cree que serán especialmente propicios para la colaboración entre empresas españolas y japonesas en los próximos años?

Respuesta: La seguridad implica también una mayor disposición para cooperar en industrias de la defensa. Este sector puede crecer en el futuro.

Más allá del futuro, hay un presente muy rico en sectores de interés para ambos países. Por ejemplo, las energías renovables, sector en el que hay inversiones mutuas. Hay un gran interés japonés por las posibilidades de cooperar en hidrógeno.

Tenemos también el sector digital, en el que hay empresas japonesas muy activas en campos como la salud digital, las ciudades inteligentes, la ciberseguridad o las telecomunicaciones.

En el campo de la movilidad eléctrica, quiero recordar que hay tres empresas españolas de componentes del automóvil que son proveedoras de las principales marcas japonesas y que, por tanto, están trabajando codo con codo para proyectar y construir nuevos modelos del futuro.

El sector agroalimentario ha conseguido un crecimiento espectacular en los últimos años y espero que lo siga haciendo.

Indudablemente, hay que mencionar el turismo. Una vez superada la pandemia, debería ir recuperando las cifras anteriores, que en 2019 llegaron a ser de 670.000 visitantes japoneses en España y 170.000 turistas españoles en Japón. Son cifras considerables que esperamos que se recuperen pronto.

Pregunta: Y de las oportunidades a los retos: ¿en qué cuestiones cree que falta por avanzar para consolidar las relaciones o aprovechar todo su potencial? Comercio ya mencionado, presencia empresarial.

Respuesta: Hablábamos antes de los desafíos en materia de seguridad. Las relaciones en defensa van a conocer un impulso. Ambos países compartimos una conciencia sobre los riesgos y las amenazas, y cada vez más van a cooperar bilateralmente y en marcos como en el de la Unión Europea o la OTAN.

Mencionaría la cooperación en materia científica y tecnológica. Tenemos una Asociación de Científicos Españoles en Japón, con 120 miembros y que son muy activos en ámbitos como las renovables, la medicina, la oceanografía o la biotecnología.

Están en centros de investigación y universidades importantes de Japón, y creo que ahí hay una masa crítica para dar un paso adelante. Con actividades más numerosas, más intercambios, proyectos conjuntos. Es un sector que debería experimentar un crecimiento en los próximos años.

Pregunta: ¿Cómo valora el papel de las Fundaciones Consejo en el ámbito de las relaciones bilaterales?

Respuesta: Yo tuve la suerte de trabajar una época como secretario general de la Fundación Consejo España Estados Unidos. Soy un convencido de la utilidad de las Fundaciones Consejo para movilizar el potencial de la sociedad civil en las relaciones. También para crear sinergias entre el trabajo que se hace por parte del sector público y del sector privado: empresas, universidades, científicos, académicos o centros de pensamiento.

Hay un trabajo muy meritorio por parte de las fundaciones para cruzar esas iniciativas y conseguir que unas se beneficien de las otras. Esa es la gran aportación de las fundaciones. Es un modelo que funciona, como demuestra el hecho de que se ha ampliado el número. Muchos embajadores, colegas míos, querrían que con sus países respectivos hubiera un instrumento que potenciara las relaciones bilaterales desde esa plataforma público-privada.

Pregunta: En 2022 se pudo reanudar el Foro España Japón tras el parón obligado por la pandemia. Tras veintitrés ediciones, ¿cómo ve la evolución de esta plataforma de diálogo? ¿Cómo cree que debería ser su futuro para seguir contribuyendo al diálogo entre los dos países?

Respuesta: El Foro consigue algo fundamental, y es facilitar una relación humana entre dos países que están geográficamente muy distantes. Que puedan promover las redes personales, crear redes de contacto. Las hay en el mundo de la empresa pero menos en otros sectores. Esta es una de las cosas más valiosas de los Foros.

Para el futuro, creo que habrá que prestar una mayor atención a la participación de los jóvenes. Veo que hay un gran atractivo de Japón entre jóvenes españoles, ganas de venir aquí, estudiar, trabajar o investigar. Creo que también es el caso en la otra dirección.

En cualquier caso, la participación de los jóvenes en el Foro debe tener más peso. Aportan una creatividad y una visión más fresca de las relaciones. También una visión de las oportunidades que a veces no se ven cuando se sigue la senda establecida. Esta participación de los jóvenes va a ser clave de la vitalidad de los Foros.