«Cuanto más descubres, más te acercas a una cultura»

23 diciembre 2022

20 años, 20 voces: Marián Bango, cofundadora de la editorial Satori

En el 20º aniversario de la Fundación Consejo España Japón, lanzamos «20 años, 20 voces», una serie de entrevistas con la que trazamos una mirada hacia el pasado y hacia el futuro de las relaciones entre España y Japón. 

Política, economía, empresa, ciencia, tecnología, cultura o deporte: abordamos todas las dimensiones de nuestra relación bilateral a través de personas que juegan un papel destacado en la misma.

Marián Bango es cofundadora de la editorial Satori. Se trata de la única editorial española especializada en Japón. Fundada en 2007 junto con su socio Alfonso García, abarca todos los aspectos de la cultura japonesa, y publica tanto literatura como ensayo.

Hablamos con ella sobre literatura japonesa, sobre los aspectos de Japón que más interesan al público español y sobre la cultura como vehículo para descubrir otros países y otras realidades.

 

La fascinación por una cultura diferente

Pregunta: ¿Cómo empezó tu vinculación con Japón? ¿Por qué te sentiste atraída por este país?

Respuesta: Soy de una generación que creció con dibujos animados japoneses, y este fue el primer contacto con Japón. Me llamaba la atención esa cultura en la que se descalzaban para entrar en casa o se sentaban en tatamis. Un poco más adolescente, yo no es que fuera lectora de manga, pero me gustaba mucho la literatura. Lo primero que leí de literatura japonesa fue «Confesiones de una máscara», de Yukio Mishima, y caí rendida.

En la universidad, yo estudié filología inglesa. Recuerdo ir a la biblioteca, ponerme en la zona de Historia del Arte porque había menos gente, y ponerme a sacar libros de arte o arquitectura japoneses, y en vez de estudiar lo mío, me quedaba enganchada a toda esa información que iba absorbiendo.

Algo común a mucha gente es la fascinación por una cultura tan diferente

Marián Bango, cofundadora de la editorial Satori

Es algo común a mucha gente: una fascinación por una cultura tan diferente. Cuando empiezas a profundizar, te sientes más identificado con esa cultura que con la tuya. Una forma de ser más tranquila, por ejemplo, de lo que asumimos como español. Ahí empezó a larvarse un interés que ha ido desarrollándose con el tiempo.

En cuanto a mi socio, Alfonso, le pasó algo parecido. Desde pequeño empezó a hacer artes marciales, y desde siempre estuvo vinculado a Japón en ese aspecto.

Los orígenes de Satori Libros

Pregunta: ¿Cómo son los orígenes de Satori? Entiendo que tanto a ti como a tu socio ya os interesaba la cultura japonesa, pero ¿qué os lleva a fundar una editorial especializada?

Respuesta: No fue nada premeditado. Alfonso y yo nos conocimos, nos hicimos pareja y cada uno traía su bagaje de por qué le gustaba Japón. Juntamos nuestras bibliotecas, teníamos mucho que se había publicado sobre Japón en España, y seguíamos comprando. Aparte, teníamos libros que se habían publicado en inglés y francés. Nos preguntamos si no habría gente en España que no estuviera interesada por leer estas cosas, y de ahí pensamos: «¿por qué no lo hacemos nosotros?».

La editorial empezó como un proyecto en el que nos tiramos a la piscina. Ninguno estábamos formados en el mundo editorial. Empezamos con un primer libro, sobre la Restauración Meiji, pero sin tener un estudio de viabilidad ni un crédito. Sí teníamos perfilado cómo queríamos que fuera nuestra editorial, si es que llegábamos a tener un catálogo. Queríamos que tuviera varias colecciones, que fuera lo que Satori es hoy. La última colección que abrimos, la de manga, también es algo que teníamos pensado desde el inicio.

Al principio, nosotros éramos los principales clientes de Satori

Marián Bango, cofundadora de la editorial Satori

A medida que la editorial se fue asentando, fuimos abriendo todo eso que teníamos perfilado desde el principio. Nos costó muchos años llegar a tener una entidad como empresa, pero empezó con ilusión y ganas de leer nosotros. Nosotros éramos los principales clientes de Satori.

Durante bastantes años, cada uno tuvo su propio trabajo, compaginándolo con la editorial. Después, yo dejé mi trabajo y me centré en Satori. Nosotros teníamos los objetivos, pero los fuimos desarrollando por la vía de ir haciendo camino.

La evolución del catálogo de Satori

Pregunta: ¿Cómo ha evolucionado vuestro catálogo? O por decirlo de otro modo: ¿cómo ha cambiado la Satori de hoy con respecto a la editorial que pusisteis en marcha?

Respuesta: Desde el principio, Alfonso tenía claro cómo quería la editorial. Yo creía que fantaseaba demasiado. Él es la persona con la iniciativa y las ideas, y yo soy quien le pone los pies en la tierra. Soy más realista, en cierto modo, pero él tiene una visión mayor. Y gracias a él, la editorial no ha ido dando bandazos. Como digo, la colección de manga estaba desde el principio, y yo pensaba que estaba loco.

En las empresas, si los socios se complementan, se van ayudando mutuamente, y esto redunda en el beneficio común. La idea era tener varias colecciones, para abarcar la literatura, la historia, la sociología, la mitología o muchos otros aspectos que nos interesaban. Considerábamos que el público ya sería lo suficientemente amplio como para constituir un mercado.

La Restauración Meiji, el primer libro de Satori

Fuimos encontrando los momentos adecuados para abrir cada colección. El primer libro lo publicamos en 2007, pero no es hasta 2011 que comenzamos con la literatura. Antes publicábamos ensayo. Hasta que no estuvimos preparados para buscar traductores, porque siempre hemos querido traducir directamente desde el japonés, no lo hicimos. Fue la colección «Maestros de la literatura japonesa«. 2011 fue un año capital para nosotros por esto mismo, también porque cambiamos de distribuidores zonales a un distribuidor nacional importante como es UDL.

Lamentablemente, en 2012 llegó la crisis, una de tantas. Sin embargo, como veníamos de una distribución pequeñísimas, aunque nos tocaran las vacas flacas, para nosotros siguió siendo un salto hacia adelante. Al tener más ventas, las posibilidades de desarrollar la editorial por otros ámbitos crecieron. Y comenzamos a diversificar el catálogo. Sacamos «Satori Ficción«, con autores de literatura de género; «Maestros del haiku«, con Fernando Rodríguez Izquierdo como traductor y compilador; «Clásicos Satori«, donde caben desde «El libro de la almohada» a «Sobre la decadencia».

Alfonso todavía conserva esta libreta del principio. A veces, me la enseña y ahí estaba todo. Como en las buenas series, te das cu,enta de que en el primer episodio estaba todo, pero sólo te das cuenta cuando has visto la serie entera.

Hasta que no estuvimos preparados para buscar traductores, no empezamos a publicar literatura

Marián Bango, cofundadora de la editorial Satori

La búsqueda de autores

Pregunta: Cuéntanos un poco sobre el proceso de selección de autores. Imagino que los autores japoneses más mediáticos están “fichados” por grandes editoriales. ¿Cómo llegáis a autores quizás menos conocidos entre el gran público?

Respuesta: En nuestro caso, y por nuestras características, teníamos claro que había que rescatar a los clásicos. Publicar a Mishima, Kawabata o Murakami era imposible. Conseguimos con Banana Yoshimoto, a través de su agente, que nos conocía, sacar un ensayo literario sobre sus viajes. Peleó mucho para que Tusquets nos permitiera hacer una oferta por ese libro.

Como sabíamos que ese tipo de autores estaba descartado, teníamos que buscar a los clásicos, como Soseki o Miyazawa. Toda la colección de «Maestros de la literatura japonesa» es un despliegue de clásicos desde la época Heian hasta mediados del siglo pasado. Buscamos esos autores por varias vías. Por nuestros intereses, nosotros habíamos leído en inglés, francés e italiano. Ahí encontramos autores que nos interesaban.

El éxito de Satori no es sólo de Alfonso y mío, sino que consiste en rodearte de gente muy válida

Marián Bango, cofundadora de la editorial Satori

Hay una producción sobre literatura japonesa en universidades y ahí descubres autores. Hablas con un traductor, le comentas sobre alguna obra, y de ese diálogo salen cosas.

Y también ha sido importante para nosotros trabajar con expertos. Dejarte recomendar por profesores y estudiantes de doctorado. Nos hemos nutrido mucho de la gente que nos rodea. Satori no es sólo lo que aportamos Alfonso y yo. El «éxito» es rodearte de gente muy válida.

Encontrando traductores

Pregunta: Supongo que el proceso de traducción no debe ser sencillo. ¿Qué dificultades os habéis encontrado en este sentido?

Respuesta: Hay muchos y muy buenos traductores. Además, no sólo en España. En Hispanoamérica hay también muchos. Desde hace tiempo, trabajamos con gente de México, Venezuela o Argentina. El trabajo del traductor también requiere de trabajo de edición. Hay que hacer que se adecúe a los criterios de cada editorial, y es un trabajo en equipo, aunque el peso del traductor sea del 95%.

Tenemos traductores con los que trabajamos desde hace muchísimos años, aunque también vamos dando oportunidades a gente que nos escribe y propone cosas. Hemos ido conformando un catálogo en el que colaboran directores de colección, traductores y lectores. Es así como nos hemos ido desarrollando.

Hay autores que te permiten llegar a un público generalista

Marián Bango, cofundadora de la editorial Satori

Qué interesa al público español

Pregunta: Desde tu posición como editora, ¿cómo crees que ha evolucionado la percepción de la cultura japonesa en España? ¿Cuáles dirías que son los temas más interesantes para el público español?

Respuesta: Con la literatura pasa algo curioso. Hay autores que te permiten llegar a un público que es generalista. Lectores que leen a Murakami no tienen por qué sentir interés en leer a otros autores japoneses. Son lectores de literatura contemporánea y no les importa que sea japonesa. Las ventas de autores como Murakami pueden llevar a confusión sobre el interés en la literatura japonesa.

Satori también publica libros sobre aspectos de la cultura japonesa, como la gastronomía

Está claro que muchos lectores empiezan por Murakami o Mishima, y derivan hacia otros autores que requieren de un mayor esfuerzo: no son tan contemporáneos ni están tan occidentalizados. Ya hay una distancia cultural o histórica.

Hay muchísimo interés en los aspectos sociológicos de Japón, desde la mitología a la Historia. Últimamente percibimos un interés muy grande en la Historia, quizás influenciado por todo lo que estamos viviendo desde hace años.

Al lector que está interesado en Japón percibimos que le interesa prácticamente todo. Desde literatura a la Historia, pasando por religión o gastronomía. Va ampliando, descubriendo. Esto nos pasa a nosotros como lectores. Empiezas a bucear y cada vez encuentras más.

A veces, hay gente del sector que nos pregunta por qué no nos abrimos a China o a Corea, por qué estamos tan restringidos. Y nosotros pensamos que podríamos estar años editando sólo Japón.

Cultura para descubrir

Pregunta: Finalmente, te pediría una pequeña reflexión sobre el papel de la cultura en las relaciones bilaterales. ¿Cómo ayuda una editorial como Satori a acercar las sociedades de Japón y España?

Respuesta: Es fundamental descubrir, porque cuanto más descubres, más te acercas a una cultura. Siempre pongo el ejemplo de los toros y el kabuki. A priori no tiene nada que ver, pero la forma de decir «¡Ole!» tiene paralelismos con expresiones que se usan en el kabuki para animar.

Por otro lado, los japoneses también tienen algo con España: ven cercanía en aspectos que, a veces, son dos caras de una misma moneda.

Y creo que, a través del idioma, no sólo se conectan Japón y España, sino Japón y toda Hispanoamérica. Es importante que se publiquen estudios de Japón por parte de autores españoles y latinoamericanos, para tener otra perspectiva. Siempre estos estudios han tenido una perspectiva anglo-europea, con unas conexiones históricas muy concretas.

Los japoneses tienen algo con España: ven cercanía en aspectos que, a veces, son dos caras de una misma moneda

Marián Bango, cofundadora de la editorial Satori

Yo creo que a los japoneses les interesa cómo se percibe Japón desde nuestra órbita. El idioma español tiene posibilidades como vehículo para que Japón se dé a conocer, tanto desde su perspectiva como desde la nuestra.

Es muy importante la labor que realizan instituciones como la Fundación u otras similares. No sólo se restringen a España: es algo muy amplio.

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