«Sin colaboración internacional, la ciencia no puede avanzar»

Olga Amengual es vicepresidenta de la Asociación de Científicos Españoles en Japón. Reumatóloga de profesión, desde hace dos décadas es investigadora en la Universidad de Hokkaido.

ACE Japón es una organización independiente, sin ánimo de lucro, de investigadores españoles para la promoción y difusión de las relaciones científicas entre España y Japón.

Hablamos con ella sobre Japón como destino para los investigadores españoles, sobre la promoción de la ciencia española y sobre cooperación internacional en investigaciones científicas.

Pregunta: ¿Por qué decidiste comenzar una carrera de investigadora en Japón? ¿Fue algo que buscaste porque te interesaba el país o te llegó por casualidad?

Respuesta: Yo no lo busqué, ni tampoco busqué ser investigadora. Yo soy médico especializada en reumatología. Es lo que pensé que iba a hacer siempre, y para lo que me preparé. Hice la especialidad en el Hospital Ramón y Cajal, y para las enfermedades en las que yo me especialicé, el tratamiento era muy ambiguo. Así que decidí investigar un poco antes de dedicarme a la clínica.

Me marché a Londres, al hospital Saint Thomas. Mi compañero de trabajo, japonés, era el que hoy es mi marido. Estuvimos dos años allí y después nuestra situación se complicó. Nos separamos, pero el retorno a España era complicado en los noventa. Me costó encontrar un trabajo como reumatóloga, me abrí una clínica privada. Me dediqué a hacer guardias y conseguí meterme en el hospital de Segovia. Mi marido empezó a desarrollar su carrera en Hokkaido, nos casamos, y al final uno tuvo que ceder y fui yo.

Lo que hice fue venirme tres meses a la Universidad de Hokkaido. Tuve la suerte de que, cuando me iba a marchar, el jefe de departamento me dijo que, si quería, me ofrecía un contrato postdoctoral. Tuve que tomar una decisión importante y la tomé: dejé la medicina y pasé a dedicarme a la investigación. Es algo que no había pensado, pero estoy encantada. Desde el momento en que vine me integré, trabajé y ya llevo 20 años. Pensé que iba a ser un contrato postdoctoral y, poco a poco, me he abierto camino, cosa que no es fácil.

Pregunta: ACE Japón nació en 2014 para aglutinar a los científicos españoles en el país nipón. ¿Cuáles crees que han sido los principales hitos de la asociación en estos ocho años?

Respuesta: Me incorporé a la Junta Directiva en 2020, justo cuando empezó la pandemia, con lo que nos ha costado mucho. Para mí, en parte ha cambiado mi vida. Yo estaba aquí en Hokkaido, somos poquitos y no teníamos mucho contacto entre investigadores, estábamos algo aislados. El hecho de que esta asociación se crease nos permitió saber que hay más gente como nosotros en Japón, gente con la que nos podemos comunicar, y estamos los unos para los otros.

Yo creo que una cosa que se hizo bien fue la creación de la Guía del Investigador, junto con la Embajada de España y la FECYT. Es una fuente de información para investigadores que vienen a Japón. Desde cómo pedir becas a cómo tener tu vida organizada, pasando por otros muchos temas. Eso nos sirvió mucho a los que estábamos aquí también.

Otra cosa importante fue la visita de los Reyes. Vinieron en 2017 y nos invitaron a los miembros de la Asociación. Antes, nadie se acordaba de nosotros y nos visualizaron. Pudimos establecer contactos entre compañeros.

La asociación también ha creado muchas actividades. Una muy importante es «Hablando de Ciencia», que organizamos junto con la Embajada de España y el Instituto Cervantes de Tokio. Un investigador japonés y un investigador español debaten sobre el mismo tema en charlas divulgativas para el público general. Esto permite establecer colaboraciones y visualizar la labor de los investigadores españoles.

Y luego están los encuentros de ACE Japón. Hicimos el primero en 2018. Nosotros tenemos una red, pero aquello fue un paso más allá de comunicarnos por correo electrónico, y pudimos crear unos lazos importantes. 

Hemos hecho varios encuentros, el último en noviembre, que ha sido el primero mío como miembro de la Junta Directiva. Lo hemos disfrutado mucho. Somos investigadores de todos los campos. Yo soy médico y voy a congresos de enfermedades autoinmunes, siempre hablo de lo mismo. En nuestro encuentro, aprendí desde el funcionamiento de un robot a cómo tienes que mirar las juntas de un puente o cómo son las pilas. Eso hace que tengamos que aprender a comunicar la ciencia.

Pregunta: ¿Cómo valoras Japón, hoy día, como destino para los jóvenes investigadores españoles? ¿Es un destino atractivo? ¿Fácil?

Respuesta: Es un destino muy atractivo. Si tienes la idea de investigar, es un país maravilloso. La ciencia tiene un papel importante: a los científicos se los respeta. A la gente que hacemos investigación en Universidad se nos respeta y se nos reconoce el valor. Hay dinero para investigación. Si tienes ideas y ganas de hacer cosas, las puedes hacer.

Hay muchísimas becas. Cuando yo vine como investigadora postdoctoral, pedí una beca JSPS para complementar mi sueldo. Tienen becas para investigadores extranjeros y pagan todo. Puedes vivir perfectamente durante un par de años. Tener una de esas becas te facilita seguir en el sistema de ayudas y acceder a más financiación. Los japoneses suelen estar muy abiertos a recibir investigadores.

En Japón se vive bien. Es un país muy seguro, puedes ir andando tranquilamente por la calle o quedarte hasta tarde en la Universidad. Es un país muy atractivo, con buena calidad de vida. Es verdad que se trabaja mucho, pero nadie impone a los extranjeros seguir esos horarios.

Como mujer, yo me siento fenomenal. Es verdad que es un país con pocas mujeres investigadoras; las mujeres no entran todavía mucho en los proyectos laborales. Pero en la Universidad de Hokkaido, donde yo trabajo, hay muchos programas de ayuda a la mujer. Por ejemplo, pude conciliar perfectamente trabajo con maternidad.

Pregunta: ¿Cuáles son las principales áreas de cooperación científica entre España y Japón?

Respuesta: Actualmente hay muchos campos, porque Japón quiere hacer cooperación, quiere salir a colaborar con otros países. En medicina, hay mucha colaboración en enfermedades raras. Es un tema muy complicado porque hay pocos pacientes en todo el mundo, así que todos los países quieren intercambiar técnicas e información.

La nanotecnología también se está aplicando en muchos aspectos. Japón y Estados Unidos fueron pioneros, y ahora se está utilizando para muchísimas cosas: desde tratamientos médicos al desarrollo de fármacos, pasando por tecnología. En el campo aeroespacial, hay muchas reuniones y contactos. También en energías renovables.

En química hay un par de colaboraciones con el proyecto Horizon 2020 para investigación en materiales.  Y por supuesto, la inteligencia artificial. Cuando vinieron los Reyes, doña Letizia preguntó específicamente por eso. En ese momento no había muchos españoles, pero ahora sí hay bastante gente trabajando en este sector.

Pregunta: ¿Qué impacto ha tenido el COVID en los intercambios científicos y tecnológicos, desde vuestro punto de vista?

Respuesta: El COVID se ha notado. En Japón, no ha muerto tanta gente y no ha sido tan agresivo. Yo participé en un artículo sobre el COVID en las enfermedades reumáticas al principio y vimos esto. Ha habido menos mortalidad, quizás por la genética, o porque se han protegido mejor, no sabemos bien las causas.

Nosotros no nos hemos encerrado, hemos seguido trabajando, pero ha limitado nuestros intercambios con el exterior. Yo tengo dos proyectos de colaboración, uno que empecé justo en 2020, y no he podido visitar todavía el otro centro. No he podido tener contacto con las personas con las que trabajo, y eso ha retrasado todo. No nos ha permitido establecer conexiones nuevas ni acceder a congresos, que es donde nosotros hacemos contactos. Nos hemos quedado aislados en Asia, comunicándonos por internet.

Muchos hemos tenido situaciones complicadas, hay gente que no ha podido soportarlo y se ha vuelto. Hemos perdido mucha gente, investigadores en Japón. No hemos podido hacer reuniones presenciales, que es lo que nos une en nuestra comunidad de investigadores, y en ACE Japón hemos perdido socios. No hemos tenido estudiantes ni investigadores extranjeros.

Nos hemos quedado pocos y nos ha afectado. En mi caso, además de la investigación, tengo un programa de educación médica en inglés. Durante los años del COVID, mis estudiantes han perdido el interés: me dicen que, si no van a congresos, para qué quieren el inglés.

Pregunta: Como científica con experiencia internacional, querría preguntarte por la importancia de los intercambios entre equipos de diferentes países para avanzar en ciencia y tecnología. ¿Cuál es tu experiencia en este sentido?

Respuesta: Es fundamental. Sin colaboración internacional, la ciencia no puede avanzar. Yo creo que necesitamos tener distintos puntos de vista. Yo creo en la diversidad, que es lo que hace avanzar el mundo. Si todos piensan igual, si todos tenemos datos en un país en el que todos estamos de acuerdo pero no los contrastamos con los datos de otro país, no podemos avanzar. Es necesaria la colaboración desde el punto de vista de la interpretación de lo que has obtenido y también es importante porque cada persona es buena en un aspecto. Un país puede tener una tecnología buenísima, pero puede no saber usarla.

En la ciencia y la investigación, la política se queda fuera. Yo tengo relaciones con personas de todo el mundo y, en el grupo en el que estamos, del síndrome antifosfolípido, hay gente de todo el mundo: unos 70 miembros en 5 laboratorios en Japón, Italia, Reino Unido, Estados Unidos y Brasil. Todos hablamos, cada uno tiene sus puntos de vista y su opinión. Eso nos enriquece. Cada uno aporta una cosa distinta y llegamos a distintas conclusiones. La colaboración internacional es fundamental para crecer y avanzar en ciencia.