«España puede ser puerta de Europa para los japoneses»

Antoni Esteve es copresidente y miembro del Consejo de Administración de Esteve Teijin. La empresa, fruto de la alianza entre el grupo farmacéutico Esteve y la japonesa Teijin Pharma, está especializada en terapia respiratoria domiciliaria.

Esteve Teijin es miembro del Patronato de la Fundación Consejo España Japón desde 2017.

Hablamos con Antoni Esteve sobre la trayectoria de Esteve Teijin, cuando se cumplen casi 15 años de su puesta en marcha; de los desafíos sanitarios que comparten España y Japón, y del cambio de paradigma que ha supuesto la pandemia en su sector, entre otros asuntos.

Pregunta: Esteve Teijin nació en 2008 como una joint venture entre el grupo Esteve y la japonesa Teijin. ¿Cómo ha sido esta alianza entre empresas de los dos países? ¿Qué similitudes y diferencias hay entre cultura empresarial?

Respuesta: Esta es una historia muy bonita porque tiene un larguísimo recorrido. Aunque constituimos Esteve Teijin en 2008, es fruto de una relación entre empresas que se inició en los ochenta. Yo estuve muy implicado en la relación con Teijin desde el inicio, para la comercialización de un producto japonés en distintos países europeos. Esto permitió desarrollar una relación que iba más allá del ámbito comercial o industrial a un ámbito más personal.

Nos permitió conocernos, colaborar de manera más estrecha. No es que el producto fuera la bomba, pero sí establecimos un compromiso para una relación fructífera. Y también un componente cultural que resultó atractivo a las dos partes: unos valores compartidos y una manera de hacer que permitieron trabajar en confianza. 

Esto perduró hasta que, en un momento determinado, vimos que Teijin desarrollaba en Japón una actividad extraña para nosotros: prestar servicios a domicilio para pacientes de patologías respiratorias. Esto en España nunca lo habíamos hecho, pero vimos que era interesante porque proporcionaba una relación estrecha con el paciente, cosa que nosotros no teníamos. Nos cautivó, la verdad. Pudimos entender cómo se podía manejar este negocio, hasta el punto de que su presidente propuso probar en España. Dicho y hecho: al haber una base de confianza personal, nos lanzamos a la aventura.

El riesgo era relativo al compartir experiencia y know-how. Creamos una organización humana para responder a esta necesidad. Nos pusimos a trabajar y al poco tiempo constituimos la empresa. Después de casi 15 años, es un éxito y un motivo de continuas satisfacciones.

Pregunta: Esta era la siguiente pregunta: ¿Cómo ha ido esta alianza, con la perspectiva de los 15 años?

Respuesta: Yo sigo siendo el presidente, jamás me he visto amenazado (risas). Nuestra relación ha crecido desde entonces. Teijin es una empresa que cotiza en el Nikkei, y quince años es mucho tiempo: hay una renovación constante en los equipos directivos y de gobierno. Yo he conocido a tres presidentes de Teijin y a muchos directores generales, pero a pesar de los cambios, el tono vital de la joint venture se ha mantenido siempre.

La experiencia es muy buena y la empresa continúa creciendo y alcanzando sus retos, al tiempo que apuesta por la innovación y por el talento joven.

Pregunta: El sector sanitario presenta, sin duda, grandes oportunidades en España y Japón, dos países que afrontan un importante reto en cuanto a envejecimiento de sus poblaciones. ¿Qué tipo de servicios sanitarios cree que serán especialmente importantes a medio plazo en los dos países?

Respuesta: La actividad que llevamos a cabo está muy relacionada con esto, en el sentido de que tanto Japón como España son sociedades que se caracterizan por un envejecimiento progresivo. Esto conlleva una serie de retos muy importantes para dar sostenibilidad y proyección al propósito de país. Entre los retos pasa cómo poder responder a las necesidades vitales tanto en salud como en el aspecto más social e individual, cómo las personas podrán recibir atención cuando lo necesiten, ya sean necesidades sanitarias o de vitalidad.

Por tanto, hay que proponerse crear soluciones, propuestas innovadoras que respondan lo mejor posible a estos retos, y hacerlo desde una perspectiva que, económicamente, tenga sentido. El reto está servido.

Cuando hablamos del ámbito sanitario, mucho más complejo, hay que recurrir a un rigor profesional, a la formación de individuos y personas que puedan apoyar a los más necesitados; y hacerlo bajo unas condiciones fundamentales y básicas que garanticen que el resultado será favorable, tanto desde la atención a la persona como desde la perspectiva económica.

Esto es sencillo de decir pero muy difícil de hacer: requiere de soluciones ingeniosas, innovadoras y muy completas. Y para esto son necesarios experiencia, confianza y saber hacer. Tras 15 años, hoy somos una empresa ya con esa reputación, capacidad de influencia e impacto. Si faltáramos, alguien nos echaría de menos, seguro. Eso significa que somos útiles.

Pregunta: ¿Qué ha supuesto la pandemia para una empresa especializada en tratamientos respiratorios como Esteve Teijin? ¿En qué les ha obligado a cambiar el paso o a innovar?

Respuesta: Ha sido una oportunidad extraordinaria para demostrar de lo que somos capaces. Nuestra actividad ha crecido mucho y hemos sabido responder adecuadamente. Podemos estar orgullosos de cómo hemos aportado nuestro granito de arena para que la pandemia haya sido más gestionable. Hemos sido un recurso más para acometer la superación esta crisis.

Las vacunas han sido determinantes, el sistema sanitario ha respondido, pero proveedores de otros ámbitos hemos sabido atender a las personas que lo necesitaban, tanto a nivel hospitalario como domiciliario.

Ha sido una oportunidad: hemos crecido significativamente, pero no demasiado económicamente. Hemos trabajado con márgenes muy ajustados. Nuestra línea de rentabilidad es plana a lo largo de los años, no ha habido picos por la pandemia, pero sí en lo que se refiere a indicadores de satisfacción y de receptividad. Nos ha dado una oportunidad muy importante para demostrar de lo que somos capaces, y creo que hemos superado esta situación con buena nota.

Por lo tanto, una vez superada y a pesar de que estamos viviendo todavía brotes, cuyo impacto no es tan brutal, creo que podemos decir que estamos venciendo a la COVID y que lo que nos depara el futuro es más manejable. Creo que el aprendizaje adquirido ha sido alto.

Pregunta: En su opinión y experiencia ¿Cómo nos ve Japón? ¿Somos un país atractivo para la inversión y los negocios? ¿Cuáles son nuestros activos?

Respuesta: Yo creo que los españoles caemos muy bien en Japón. Caemos muy simpáticos y somos, dentro del marco europeo, una de las sociedades más próximas a Japón. Seguramente si a un japonés le preguntas dónde trasladaría su residencia en Europa, escogería entre España e Italia. Se encuentran bien, no sólo por el clima, sino por la cultura, manera de ser y de vivir. Somos un país atractivo para Japón.

Pregunta: En el Patronato de la Fundación se dan cita algunas de las principales empresas españolas con presencia en Japón, en una plataforma que también aglutina a la administración. ¿Cómo valora la existencia de este tipo de iniciativas público-privadas, de la sociedad civil, en la promoción de los lazos bilaterales?

Respuesta: Me parece fundamental porque para acercar a las sociedades se requiere, necesariamente, de la sociedad civil. El esfuerzo político es necesario, pero no suficiente. Que haya un acompañamiento claro, explícito y manifiesto de la sociedad civil es extremadamente importante y necesario.

El hecho es que los japoneses, si algo tienen parecido a la cultura española, es que creen en la relación humana. Esto está en manos de la sociedad civil, no en manos de la política. La política actúa como facilitador, catalizador, instrumento que permite que las cosas ocurran. Pero la verdadera protagonista es la sociedad civil. Me parece mucho más interesante la visita del rey que la del presidente del gobierno. Yo participé en la visita del rey a Japón y la del emperador a España. En estos encuentros, donde había riqueza de verdad es en los momentos en los que los empresarios u otras personalidades de la sociedad civil intervenían.

Creo que una de las oportunidades que existe para vincular sociedades pasa por esto: culturalmente hay una proximidad, nos gusta del compromiso, de la responsabilidad en la relación… y por lo tanto, son estas las fortalezas que tenemos frente a otros competidores a la hora de atraer el interés de una sociedad sobre nosotros.

Si hemos de competir para conseguir el interés de la sociedad japonesa, nuestras bazas estarían fundamentadas en el estilo de vida, la manera de hacer de la sociedad civil y la proximidad que nos gusta tener con las personas que se relacionan con nosotros.

Pregunta: La Fundación Consejo España Japón cumple 20 años en 2022. ¿Cómo ve el futuro de las relaciones bilaterales en las próximas dos décadas?

Respuesta: Yo creo que la Fundación tiene un papel muy importante a jugar, aprovechando su espíritu de colaboración público-privada. Debe saber sacar lo mejor de lo político y asentarse en la sociedad civil para elevar sus propuestas. Si hemos de hablar en clave de lo que debe ocurrir en los próximos 20 años, mi apuesta siempre será por hacer un esfuerzo sobrehumano en estrechar lazos con Japón. Creo que podemos ser puerta de Europa para los japoneses y creo que Japón puede ser un mercado muy atractivo, con un espíritu de creer en el futuro.

Japón, como sociedad, país y mercado, muchas veces no es atractivo porque aquellos bienes que quieres vender requieren de un esfuerzo de adaptación, de hacerlo a medida. Esto es aplicable a cualquier tipo de bien, incluso también en servicios. Para esto se requiere de una visión a largo plazo. Si quieres resultados a corto plazo, tendrás que dejar Japón; es demasiado complejo. Sólo las sociedades que entiendan la importancia de este esfuerzo de customización, y en España esto puede ser ventaja competitiva, verán aceptados sus bienes.

En los productos farmacéuticos, esto es un clásico: sabemos que si queremos vender en Japón, debemos hacer un desarrollo experimental y clínico a medida de los japoneses. Aquello que hacemos para responder a las entidades regulatorias europeas no nos sirve en Japón. Allí debemos llamar a la puerta del regulador, que nos dirá cómo quiere que sea nuestro producto. Esto requiere de tiempo e inversión. Si crees que en el tiempo habrá retorno, estarás predispuesto a hacerlo. Esto es una ventaja competitiva sólo para aquellos que crean en el largo plazo.