«La relación académica con Japón es como un amor tardío: surgió con retraso pero con intensidad»

15 junio 2022

20 años, 20 voces: Elena Barlés, profesora e investigadora

En el 20º aniversario de la Fundación Consejo España Japón, lanzamos «20 años, 20 voces», una serie de entrevistas con la que trazamos una mirada hacia el pasado y hacia el futuro de las relaciones entre España y Japón. 

Política, economía, empresa, ciencia, tecnología, cultura o deporte: abordamos todas las dimensiones de nuestra relación bilateral a través de personas que juegan un papel destacado en la misma.

Elena Barlés es docente e investigadora. Licenciada y doctora en Historia del Arte por la Universidad de Zaragoza (Premios Extraordinarios de Licenciatura -1985- y de Doctorado -1993-), es profesora titular del Departamento de Historia del Arte de dicha Universidad, donde imparte la asignatura Arte de Asia Oriental.

Su personal línea de investigación se centra en el estudio de las fuentes, historiografía, coleccionismo e influencia del arte japonés en España. En 2015, fue condecorada con la Orden del Sol Naciente por su labor en el estudio, la investigación y la difusión del arte y la cultura de Japón en España.

Hablamos con ella sobre la presencia del arte japonés en España y sobre qué papel juega el arte, en general, en el acercamiento entre sociedades.

La fascinación por Japón

Pregunta: ¿Cuándo y cómo comenzó tu interés en Japón?

Respuesta: Se inicio cuando cursé la Licenciatura de Historia del Arte en la Universidad de Zaragoza. Dio la fortuna que en los planes de estudios de esta titulación se incluía como optativa la asignatura «Arte Extremo Oriental» (dedicada sobre todo al arte japonés) que fue incorporada por iniciativa del catedrático en Historia del Arte Federico Torralba. Este pionero profesor sentía una especial pasión por el arte de Asia oriental (y en particular por el de Japón) y, de hecho, atesoró a lo largo de su vida una extraordinaria colección de arte asiático que hoy se encuentra en el Museo de Zaragoza.

La crisis de España durante el siglo XIX impidió que se forjaran unos fuertes vínculos con Japón

Elena Barlés, profesora e investigadora

Fue entonces cuando me comenzó a fascinar la cultura y las manifestaciones artísticas del pueblo japonés. Sin embargo mi «inmersión» en el arte nipón tuvo lugar cuando dicho docente se jubiló. Justo por entonces yo estaba finalizando una Beca FPU y, como nadie de mis compañeros de departamento quería hacerse cargo de la asignatura, yo me ofrecí a hacerlo.

De esta manera, tuve que preparar con profundidad las clases sobre esta materia y fue en ese momento cuando este arte exquisito y hermoso me «atrapó». Desde el año 1992 imparto la asignatura, lo cual es un inmenso placer y un honor para mí. Además, a partir de esta circunstancia, por coherencia, decidí enfocar mi investigación hacia el estudio de la presencia, historiografía, coleccionismo e influencia del arte de Japón en España.

Un retraso secular

Pregunta: En un artículo tuyo de 2003 achacabas a razones históricas el retraso de España en el conocimiento de Japón con respecto a otros países de su entorno. A finales del siglo XIX y principios del XX, cuando en Europa eclosionaba el movimiento del Japonismo, en España no se recibían estas influencias o no con la misma intensidad. ¿Las relaciones España-Japóerran siguen pagando este déficit?

La profesora Elena Barlés

Respuesta: Cuando hacia mediados del siglo XIX, Japón se vio obligado a abrir sus fronteras, numerosas potencias occidentales, como EE. UU, Reino Unido, Francia, Alemania u Holanda, entre otras, establecieron fuertes relaciones económicas, políticas y culturales con el archipiélago nipón.

Durante la era del Japonismo, en estas naciones hubo un importante coleccionismo de arte japonés, se produjo un enorme impacto e influencia de la cultura y arte de Japón en muchas de sus manifestaciones culturales y artísticas.

Sobre todo, surgieron intelectuales y académicos que, volcadas hacia el estudio de múltiples facetas de la historia, sociedad, cultura y arte del país del sol naciente, crearon escuela.

En nuestro caso, sin embargo, la crisis económica, social y política en las que estuvo inmersa España durante el siglo XIX impidió que se forjaran unos fuertes vínculos con esta nación. Aunque hubo un coleccionismo más que notable de piezas japonesas y aunque la moda por todo lo nipón y sus huellas se expandieron por nuestra geografía, no se creó una tradición de estudios académicos sobre Japón.

Además, con el tiempo, las complejas situaciones políticas que, desde los años 30 hasta los 50 del siglo XX, vivieron ambas naciones no fueron propicias para establecer nuevos y sólidos nexos. Habrá que esperar a los años 60 de la citada centuria para que en España se encendieran las primeras luces que iluminaron el camino hacia un conocimiento más profundo sobre Japón. En fin, todo esto, sin duda, ha sido y sigue siendo una rémora en el desarrollo de los estudios sobre este país.

Los estudios japoneses hoy

Pregunta: Y hoy, ¿cómo valoras el estado de los estudios japoneses en la Universidad española con respecto a otros países europeos?

Respuesta: Aunque, por una falta de tradición anterior, el nivel de los estudios sobre Japón todavía es inferior al alcanzado por otras naciones occidentales, hay que reconocer que, desde los años 80 del siglo XX y, sobre todo, desde comienzos del XXI, las investigaciones sobre variadas facetas de Japón han tenido un impulso extraordinario en nuestro país.

Varios factores ha sido relevantes en este hecho: la incorporación de materias relativas a Japón en los planes de estudios universitarios (son pioneras las Universidades Complutense de Madrid y la de Zaragoza); la implantación de grados y másteres sobre estudios de Asia Oriental (Universidades Autónoma de Madrid, Autónoma de Barcelona, de Zaragoza, de Salamanca, de Valladolid, de Granada, de Sevilla y de Málaga); la creación de grupos de investigación y centros de estudios específicos (Madrid, Barcelona, Alicante, Valladolid, Salamanca o Zaragoza); la concesión de proyectos de investigación sobre la materia; y el apoyo de distintas instituciones como la Embajada de Japón en España, la Fundación Japón, Casa Asia y la Fundación Consejo España Japón, entre otras.

Desde comienzos de siglo, las investigaciones sobre Japón han tenido un impulso extraordinario en España

Elena Barlés, profesora e investigadora

Además, en la actualidad, tanto en los ámbitos científicos como en la sociedad en general, ha emergido un especial interés o una enorme atracción por los temas vinculados con Japón (podemos hablar casi de un «Neojaponismo»). Este fenómeno ha propiciado que vayan surgiendo con fuerza nuevas generaciones de investigadores. En fin, podemos decir que la relación académica con Japón en los últimos tiempos es similar a un «amor tardío»; surgió con retraso pero con una gran intensidad.

El arte japonés que llega a España

Pregunta: Estás especializada en arte japonés y en su difusión en España. ¿Cuáles son las principales manifestaciones artísticas japonesas que nos llegan?

Respuesta: En la Edad Moderna, llegaron fundamentalmente las lacas Namban, fruto del periodo que se dilata de 1543 a 1639, en el que la Península Ibérica y Japón establecieron importantes vínculos, gracias al desarrollo de las relaciones comerciales y a las labores evangelizadoras de los misioneros cristianos. En este contexto, arribaron hermosas piezas de laca urushi, realizadas con técnicas decorativas niponas y con tipologías occidentales, que hoy se encuentran en museos, conventos, monasterios y parroquias de nuestro país.

Ya en la era del Japonismo, se adquirieron por distintas vías objetos de los periodos Edo (1615-1868), Meiji (1868-1912) y Taishō (1912-1926). Son piezas de carácter tradicional, de gusto hiperdecorativista y colorista, y vinculadas con la atracción por lo exótico que primó por entonces en Occidente, como pinturas, esculturas, objetos de marfil, lacas, kimonos y abanicos, armas y armaduras, y sobre todo cerámicas y porcelanas de exportación y grabados del género ukiyo-e.

En la últimas décadas causan furor todas las manifestaciones audiovisuales de carácter popular japonés

Elena Barlés, profesora e investigadora

Con el tiempo, acorde con los cambios de gusto de la sociedad y, a partir del descubrimiento de «otras» manifestaciones de Japón, también llegaron piezas que responden a la estetica wabi-sabi (la bellleza de la simplicidad y la imperfección) como, por ejemplo, los objetos (sobre todo cerámicas) de la ceremonia del té, caligrafías y pinturas monocromas que sorprenden por su particular uso del vacío y por sus trazos y manchas llenos de movimiento, fuerza, expresividad y espontaneidad.

En la últimas décadas causan furor todas las manifestaciones audiovisuales de carácter popular como el manga, el anime, los videojuegos y los bonitos y tiernos (a veces inquietantes) productos Kawaii. Son muy admiradas también las obras de los actuales arquitectos y paisajistas japoneses.

El verdadero arte japonés

Pregunta: El arte japonés que llega a España y es popular en nuestro país, ¿es una representación fiel o es una versión adaptada para su consumo entre un público occidental? En otras palabras, ¿conocemos el verdadero arte japonés?

Respuesta: En primer lugar, considero que todo arte realizado en Japón o por japoneses, sea adaptado o no al gusto o necesidades occidentales, con o sin influencias externas, es verdaderamente nipón. De hecho, esas «adaptaciones» o «influjos» no dejan de ser un fruto de las circunstancias particulares del pueblo japonés y de su sociedad en distintos momentos de su desarrollo histórico. Otra cuestión es si existe un conocimiento de las manifestaciones artísticas que fueron realizadas para consumo interno y no específicamente para ser exportadas.

Creo que todo arte realizado en Japón o por japoneses, con o sin influencias externas, es verdaderamente nipón

Elena Barlés, profesora e investigadora

En este sentido, en la Edad Moderna y en la era del Japonismo, buena parte de los productos que llegaron hasta Occidente, aun siendo japoneses, estaban marcados por los gustos o dictados occidentales, si bien es cierto que un selecto conjunto de coleccionistas también adquirieron obras destinadas al mercado interior nipón. Creo, no obstante, que en la actualidad (al menos en el ámbito académico) se tiene un amplio conocimiento del arte tradicional japonés en toda su riqueza, versatilidad, variedad y diferentes estéticas (a veces aparentemente contrapuestas) que incluso se desarrollaron de forma simultánea en el tiempo.

Más complicado es el tema del arte contemporáneo y actual de Japón ya que en este mundo globalizado e interconectado es difícil deslindar lo que supuestamente es «genuino» o «auténticamente» japonés.

Investigación sobre Japón

Pregunta: En este sentido, eres la principal impulsora del grupo de investigación “Japón y España: relaciones a través del arte”, en el que participan diversas universidades. ¿Puedes contarnos cómo surgió la idea de este grupo? ¿Cómo valoras su trayectoria?

Portada del número 18 de la revista Artigrama

Respuesta: En el año 2003, la revista Artigrama (Universidad de Zaragoza) dedicó el monográfico de su número 18 al «Coleccionismo de arte de Asia Oriental en España», coordinado por el doctor Almazán y por mí. Este monográfico, en el que participaron los más importantes especialistas sobre la materia en nuestra geografía y que constituyó un estado de la cuestión sobre el tema, puso de manifiesto que todavía quedaba mucho por hacer para alcanzar un conocimiento pleno sobre la presencia, coleccionismo, impacto e influencia del arte de Japón en España.

También me llevó a la convicción de que para llegar a esta meta era imprescindible trabajar en equipo con todos los expertos de arte nipón, dispersos en distintas universidades españolas. De esta forma, en el año 2004, nos reunimos varios investigadores como el añorado Fernando García Gutiérrez (por entonces profesor de la Universidad de Sevilla), Pilar Cabañas (Universidad Complutense de Madrid), Yayoi Kawamura (Universidad de Oviedo), Muriel Gómez (Universidad Oberta de Catalunya), David Almazán y yo para empezar a planificar cómo llegar a este objetivo que todos compartíamos.

Desde entonces hemos desarrollado un total de 5 proyectos I+D consecutivos, proyectos a los que se han ido incorporado otros profesores y becarios. Creo que el resultado del trabajo de este grupo ha sido importante dado que ha fructificado en la presentación de gran número de comunicaciones y ponencias en congresos nacionales e internacionales, la publicación de un considerable volumen de estudios, la organización de cerca de 40 exposiciones (con sus catálogos), la puesta en marcha de múltiples actividades de trasferencia de conocimiento (jornadas, cursos, ciclos de conferencias…) y, sobre todo, se ha creado una escuela de estudio. En el marco de estos proyectos se han presentado 14 tesis doctorales y otras muchas se encuentran en marcha.

El arte como catalizador de las relaciones

Pregunta: Concluimos con una pregunta general: ¿cómo crees que puede contribuir el arte al desarrollo de unas relaciones bilaterales estables y fructíferas?

Respuesta: Para mantener unas relaciones estables y fructíferas entre distintos países es imprescindible el conocimiento de la idiosincrasia del «otro». Y, a mi modo de ver, el arte es la manifestación cultural que con mayor intensidad e inmediatez capta y transmite las esencias de la manera de ser de los pueblos y de su evolución. El arte habla de la historia, de la sociedad, de las costumbres y la vida cotidiana, de los sistemas de pensamiento y espiritualidad de las diferentes civilizaciones y de las inquietudes, búsquedas y sentimientos más profundos del ser humano que lo creó (ansias de felicidad o trascendencia, apreciación de la belleza, miedos, sufrimientos, dudas e incertidumbres…).

Por su intrínseco atractivo, el arte es siempre punto de encuentro cultural

Elena Barlés, profesora e investigadora

A la par, el arte es reflejo de las fluctuantes relaciones que se han establecido, a lo largo del tiempo, entre distintas culturas. En este sentido, el arte nipón que se encuentra en nuestro país es imagen de los contactos políticos y comerciales, de los cambios de gusto y de las mutuas influencias que, desde la Edad Moderna hasta la actualidad, han existido entre España y Japón.

El conocimiento de las manifestaciones artísticas japonesas (tanto las tradicionales como las contemporáneas y actuales) nos hace ser conscientes del relevante papel que el arte nipón desempeña en el contexto en la Historia Universal. La admiración que nos suscita su belleza, su perfección técnica o su carácter innovador nos lleva a apreciar y a valorar al pueblo que, en el pasado o en presente, lo generó. Además, por su propia naturaleza, por su intrínseco atractivo, el arte es siempre punto de encuentro cultural.

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