Tecnología, inteligencia artificial y robótica en Japón con Talento J

Nuestros Talento J nos explican porque Japón es uno de los mayores centros tecnológicos del mundo y que oportunidades existen para jóvenes españoles que quieran investigar o trabajar en el ámbito tecnológico en el país nipón.

Nahum Álvarez decidió completar su formación como ingeniero informático con un doctorado en Inteligencia Artificial en Japón, gracias a una beca Monbukagakusho del Gobierno japonés.

Tras haber obtenido su doctorado en el National Institute of Informatics de Tokio, Nahum se trasladó a la región de Nagano, en la isla principal de Japón, Honshu, la más poblada del país, para trabajar como investigador en robótica en la universidad de Shinshu. Tras unos años, decidió volver a la capital nipona para continuar su investigación en el área de Inteligencia Artificial, con especialización en Machine Learning, en el National Institute of Advanced Industrial Science and Technology.

Casado con una japonesa, Nahum admite no saber si su futuro y el de su joven familia se encuentra en el país nipón, pero sabe con certeza que Japón y las experiencias vividas en el país asiático han sido y serán siempre una parte crucial de su vida.

El ingeniero informático Toni Tienda confiesa que siempre sintió una gran fascinación por la cultura tradicional japonesa, un interés que nació a raíz de ver en televisión la miniserie “Shogun” que recogía las hazañas de un marinero inglés en el Japón feudal del siglo XVII.

Después de 15 años dedicándose al desarrollo de software en España, Toni fue fichado por una startup japonesa para unirse a su equipo en su sede central en Tokio. El ingeniero de software explica que los primeros meses en la empresa nipona fueron complicados debido a la existencia de roles muy jerarquizados y poca flexibilidad, unas circunstancias con las que no contaba al tratarse de una startup, y por tanto suponérsele un modelo de gestión más dinámico y abierto.

Superado el shock inicial, Toni confiesa que ahora se siente mucho más cómodo y que la experiencia está siendo muy positiva, habiéndole permitido crecer enormemente tanto en el terreno profesional como en el personal. El ingeniero compagina su actual trabajo con el aprendizaje de artes marciales tradicionales como el Aikido y el Kyudo, y en los últimos tiempos se ha atrevido incluso con el surf.

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