Josep Piqué, presidente de la Fundación Consejo España Japón, participó en la octava edición del Foro Europeo para la Ciencia, Tecnología e Innovación, Transfiere, celebrado en Málaga los días 13 y 14 de febrero de 2019. La ciudad tiene una especial relación con Japón al haber acogido en 2017 la XIX edición del Foro España Japón.
“El encuentro de este año es excelente y tiene unos componentes absolutamente esenciales: la ciencia, la tecnología y la innovación. Tenemos muchísimas cosas que aprender de los japoneses, pero también es cierto que desde España les podemos aportar a ellos muchas cosas en estos ámbitos” indicaba Piqué para valorar este nuevo hito de la colaboración Hispano-Japonesa.
En esta línea, puso en contexto que esta edición de Transfiere en Málaga, que contó con Japón como país invitado, es especialmente “relevante” porque une “al mundo universitario, científico y empresarial en unos momentos de transformación tecnológica sin precedentes”. Así, subrayó que Japón “es puntera en muchas de estas experiencias y tenemos muchas cosas que decirnos mutuamente”.
Desde el punto de vista de Josep Piqué “España está haciendo desarrollos muy importantes en ámbitos como robotización, vehículos autónomos, o startups orientadas al desarrollo sostenible”, y aunque Japón es una gran potencia tecnológica y superior a la nuestra, debemos tener en cuenta que “España ha dado un gran salto en este sentido y que tenemos magníficos científicos, magníficos investigadores y emprendedores”.
Japón afronta los próximos años con el objetivo de situarse como una potencia líder en tecnologías de la información.
En este sentido, el profesor emérito de la Universidad de Tokio y asesor de Ciencia y Tecnología del Ministerio de Relaciones Exteriores de Japón, Terou Kishi, desgranó en una de las sesiones del Foro, la estrategia del país nipón en este ámbito, tanto de lo ya realizado como de lo que se afrontará en un futuro inmediato.
Terou Kishi explicó que, tras su nombramiento, se encontró con la necesidad de tender puentes en la ciencia y la diplomacia. Su misión primordial era recomendar a los distintos responsables ministeriales del Gobierno de Japón acciones a seguir en sus departamentos para potenciar la investigación y la innovación, además de realizar una tarea de relaciones públicas con terceros. Se trataba de promover una diplomacia a favor de la ciencia impulsando las relaciones interministeriales y prestando impulso a las soluciones tecnológicas desarrolladas por los investigadores japoneses. Todo ello con un propósito fundamental: mantener y expandir la competitividad de Japón.
El binomio ciencia y tecnología del país asiático versa en torno a un plan que se divide en varias fases y que fue iniciado en 1996. Esta estrategia culminará en 2020. Cabe matizar que anteriormente a este programa Japón había experimentado un importante auge en los años 60, aunque con posterioridad se redujo drásticamente la producción e innovación. Por lo que a día de hoy se ha conseguido volver a potenciar la industria tecnológica japonesa.
En las diferentes fases, según detalló Terou Kishi, se ha pasado de crear y asentar nuevos campos de investigación en áreas como ciencias de la vida, información y comunicación, medio ambiente o ciencias materiales; a centrarse actualmente en la llamada ‘Sociedad 5.0’. Esto ha supuesto una transformación en las acciones. Inicialmente, Japón apostó por promover intercambios de conocimiento internacionales y globalizar sus logros. Entre 2011 y 2015, concentró sus esfuerzos en la innovación y a día de hoy está trabajando en el campo de la Inteligencia Artificial y en el análisis de datos para labrar el camino hacia esa ‘Sociedad 5.0’.
Para que estas estrategias surtan efectos, según reclama Terou Kishi, los estados deben dotar a la I+D de un presupuesto de, al menos, el 1 % del PIB. Esta apuesta, unida a la inversión privada, supone que deba alcanzarse un presupuesto anual del 4% del Producto Interior Bruto. De esta forma se podrá seguir avanzando en proyectos de la ‘Sociedad 5.0’, vinculados directamente al denominado ‘Internet de las cosas’, y que a su vez permitirá beneficiar en términos generales a la población.
Esta nueva etapa supondrá cambios similares a los que provocó en su momento la caza, la agricultura, la industria, o los acaecidos más recientemente en la denominada Sociedad de la Información. Estos nuevos avances mejorarán el confort de las familias, la vitalidad de la ciudadanía y un aumento de la calidad de vida.
¿Cómo trabaja Japón la innovación?
“En Japón hacemos mucho énfasis en que la investigación se oriente a buscar soluciones a las necesidades”, indicó Terou Kishi. En su intervención concretó que en la actualidad los científicos japoneses están trabajando en objetivos de base orientados a la energía, la salud y las tecnologías de la información. Todo ello con el fin de igualarse a otros países, con los que actualmente está por debajo, como Estados Unidos, China o Gran Bretaña.
Así, el Gobierno de Japón pone en marcha en 2014 el SIP (Cross-Ministerial Strategic Innovation Promotion Program). Lo hace con la premisa de desarrollar la ciencia, la tecnología y la innovación a través de la promoción y comercialización entre los investigadores y la industria en pro del crecimiento económico.
En la primera etapa de este proyecto (2014-2018) se pusieron en marcha once programas, como actuaciones contra desastres naturales, innovación en el diseño y la manufacturación, ciberseguridad, exploración oceánica en búsqueda de yacimientos minerales, uso de fuentes energéticas alternativas o el desarrollo de materiales estructurales para la industria aeroespacial.
De cara a la siguiente, la que comprende entre 2018 y 2022, se establecen 12 programas de innovación centrados fundamentalmente en el desarrollo de nuevos materiales (titanio, compuestos metálicos, cerámicos, nuevas aleaciones…). Ejemplos de ello lo encontramos en en torno a la tecnología para exploración oceánica, la logística marítima, el desarrollo en el diagnóstico de enfermedades gracias a la Inteligencia Artificial, la implantación de alternativas para abandonar el carbón como fuente energética o trabajos para potenciar sistemas de ciberseguridad ante la importancia que está adquiriendo la Sociedad de la Información.
En definitiva, con este esfuerzo investigador Japón pretende fusionar ciencia y tecnología de la información promoviendo la colaboración entre los principales sectores con las instituciones académicas y los productores industriales, con un objetivo final: “ir más allá de las fronteras nacionales para promover esta colaboración”.