Dos perspectivas ante un mismo desafío: el encaje legal de la Inteligencia Artificial. Este ha sido el tema central del encuentro virtual "El reto de la gobernanza en la Inteligencia Artificial: perspectivas en la Unión Europea y Japón", organizado por la Fundación Consejo España Japón. En este evento, la periodista especializada en emprendimiento y tecnología Esther Molina ha entrevistado a la investigadora Ana Gascón Marcén, doctora en Derecho por la Universidad de Zaragoza, funcionaria en excedencia del Consejo de Europa y miembro del Grupo de Investigación JAPÓN. Especializada en protección de los derechos humanos, regulación de las tecnologías de la información y relaciones de Japón con la Unión Europea, Gascón ha analizado los enfoques de ambas partes ante este cambio de paradigma tecnológico, enfoques que coinciden en muchos puntos, pero también divergen en otros tantos.
El tema plantea un reto de primer orden: cómo conseguir que los algoritmos de inteligencia artificial, con una complejidad creciente, redunden en beneficio de la sociedad. En este sentido, Ana Gascón ha señalado que estos algoritmos ya están muy presentes en temas como la gestión de recursos, las energías o los diagnósticos médicos. Sin embargo, ha subrayado que esto también plantea riesgos: "queremos más Inteligencia Artificial, pero queremos una Inteligencia Artificial centrada en las personas. Eso nos lleva a una necesidad de crear principios que rijan el desarrollo de esa Inteligencia Artificial y cómo se relaciona todo esto con la ética: las máquinas no son éticas, pero tenemos que programarlas de manera que los resultados sí lo sean".
En este sentido, la investigadora ha destacado que en la Unión Europea se hacen buenas leyes pero que quizás sería deseable una mayor flexibilidad, ya que el nuevo Reglamento sobre el Uso de la Inteligencia Artificial se prevé que tardará unos 3 años en aprobarse, cuando se trata de un tema “relativamente urgente”. Japón ha acuñado el concepto de sociedad 5.0, una hoja de ruta para poner las nuevas tecnologías al servicio de las personas. En este sentido, Gascón ha precisado que en el país asiático "están mirando con mucho interés qué hace la Unión Europea. Lo que han decidido es que van a ser muy cautelosos en lo que se refiere a regular, pero no quieren hacer una regulación general porque piensan que esto puede tener un efecto pernicioso en la innovación".
En el encuentro también han salido a la palestra cuestiones como las necesidades de que el conocimiento sobre la Inteligencia Artificial y el Big Data permeen a sectores más amplios de la población, los riesgos de que las administraciones subcontraten la creación de algoritmos a empresas privadas, o el concepto de "super city," que Japón aplica para aprovechar el potencial del Big Data en entornos urbanos.
El evento ha contado con la colaboración de Shacho Kai, la Cámara de Comercio de España en Japón y la Embajada de España en Tokio.